¿Qué podemos llegar a hacer con tal de no perder algo que amamos con todas nuestras fuerzas? Y sí, hablo de una cosa, porque no me van a decir que no hay objetos a los que le llegamos a tener cariño y amor por lo que significan. Un amuleto de la abuela, un gancho de cabello que de regaló tu mamá, un espejo que tienes desde tus 15 años, una peineta que te obsequió tu mejor amiga, y así, sucesivamente.
Y si cosas como éstas pueden llegar a tener un gran valor sentimental para nosotros, ¿se imaginan lo que sería un rancho? Un rancho de esos que guardan tantos recuerdos y momentos de tu infancia, con tu familia… o con el amor de tu vida.
En Lenguaje de mi Piel, Susana Mohel nos trae una novela que mantiene el mismo estilo narrativo que identifica a la autora, pero con un contexto que difiere completamente a la línea que suele escribir. Una historia intensa, cargada de romance y mucha entrega, en la que el sacrificio, el amor y la pasión son los más grandes protagonistas.
Tara Rhett y Joel Sadger, dos personas que, por cosas del destino, malos entendidos y tonterías de clases sociales, fueron separados en su tiempo de juventud y hoy, después de varios años y por una necesidad que tiene angustiada a Tara, se vuelven a encontrar para ver si, con la ayuda de Joel, pueden sacar adelante Tierra Roja, el rancho de la familia de Tara. Un lugar en el que ella creció que había pertenecido a su abuela, y donde conoció al hombre ante el que estaba haciéndole una propuesta.
La verdad es que la mujer tiene los ovarios bien puestos, porque ir a plantarse ante un hombre como Joel (gggrrrrr) después de varios años, y sugerirle un trato como el que le hace, debe ser difícil… Ahora, lo que Tara no esperaba es que aquel hombree vaquero, que pese a los años todavía lograba alborotar sus nervios, le saliera con una contra propuesta al trato que ella le planteó, haciendo que las cosas tomen otro curso.
Joel es un hombre de esos que nos encantan, aunque digamos lo contrario. ¿Por qué? pues porque es de esos que, además de estar deliciosos, tienen un carácter fuerte, dominante, protector… de esos hombres machotes que provocan que se nos caiga la baba al verlos sin camisa y sobre un caballo…. sí, de esos que estaríamos dispuestas a permitir que nos de un par de nalgadas en plena noche de pasión desenfrenada. Sí, ese es Joel, por lo tanto comprendo a Tara, comprendo su reacción al verlo, su sorpresa al escuchar lo que él le propone y todo lo que sucede después, cuando ella acepta la trato.
Sin embargo, la constante lucha que ambos comienzan para sacar adelante Tierra Roja, no se les hace nada fácil, ya que antes que Joel ponga las manos en el rancho, éste había sido administrado por Adolph, el esposo de la mamá de Tara, un tipo que les dará mala espina desde un principio y que después odiarán con todas sus fuerzas por idiota… aunque creo que ese término le queda corto, pero lo bueno es que Joel no se queda callado y en ningún momento logra quedar mal ante ese tipejo… pero eso no quiere decir que sus palabras o su forma de referirse a él no le hagan daño, sobre todo cuando Tara está, aparentemente, de acuerdo con esa despectiva definición.
En el transcurso de la historia Tara la pasa muy mal… bueno, no siempre, pero al principio sí, y a Joel también, claro está, pero cuando ella decide sucumbir y dejarse llevar por el deseo que ha guardado en su interior por tanto tiempo, la cosa se pone «sabrosa» por así decirlo, y es que ante un hombre como Joel, cualquiera caería rendida a sus pies.
La historia tiene un porcentaje de misterio, cizaña, desconfianza, suspenso, coraje y mentiras, y la víctima principal, en su mayoría, es Tara. Pppfff, la pobre se las ve mal, en serio, es como si alguien quisiera terminar con ella de una u otra forma, tanto así que la pobre llega a pensar cosas que no son respecto a su salud, y es justo eso lo que la termina de impulsar a buscar una solución para el rancho con Joel, y cuando hablo de cizaña y mentiras pues me refiero a un personaje que conocerán por ahí… ¡Ja! la muy idiota aparece como si fuera una buena persona y excelente amiga de Joel, pero al final termina siendo una loca encaprichada, obsesiva y mentirosa, de esas con las que no te debes juntar cuando eres pequeño!
Pero lo bueno es que el bien siempre triunfa señoras y señores, aunque tengan que pasar una serie de desagradables e inesperados percances. Pero no todo es sufrimiento, ya que también hay personajes que lograrán hacerlas sonreír, como la hermanita menor de Tara, Camille, que a pesar de tener solo 8 años, habla como si fuera una chica de 15, pero en especial Fermín, un personaje extremadamente divertido, mejor amigo de Tara y que logra obtener un pedacito de corazón de Joel a pesar de su forma tan extrovertida y única de ser. Les encantará, estoy segura de eso.
Una novela corta, de rápida lectura, con una historia cautivadora y atrapante como todo lo que escribe Susana. Una historia donde la confianza es la base de todo, donde la entrega total consiste en reconocer las ganas y la pasión que llevamos por dentro; una historia que nos habla de sacrificios, de la familia, que nos muestra hasta dónde es capaz de llevarnos la docicia puede llevar la conveniencia.
Una hermosa historia llena de sentimientos, que te muestra cómo, sin importar el tiempo que transcurra, el amor y el deseo se mantienen intactos cuando se ama de verdad, fortaleciéndolos a través de un solo lenguaje, del Lenguaje de mi Piel.